Lugares en personas: Ricardo Canaletti

Nos subimos al hilo de la vida misma para descubrir qué rincones ocupan parte del corazón de las personalidades.

Esta vez impactamos directo en los sitios que protagonizan el camino de Ricardo Canaletti, abogado, periodista, escritor, conductor de televisión, radio y teatro. Apasionado por los relatos, nos llevará a su infancia, de allí a la adolescencia, pasando por el trabajo, sin dejar de lado las vacaciones y, por supuesto, los recreos que uno debe saber tomarse.

Infancia: Las calles de La Boca

RC: Específicamente Martín Rodríguez, entre Pinzón y Brandsen porque ahí estaba el conventillo donde vivía mi abuela, mis tías, y enfrente prácticamente, mis viejos, una vez casados, pudieron comprar una de las pocas casas de material que había en aquel entonces en La Boca, estamos hablando de mediados o primera mitad de los años 50s.

Estuve allí hasta los 12 años. Jugaba todo el tiempo en la calle. Nos escapábamos y, sin que se entere nadie, cruzábamos la avenida y nos íbamos a un descampado que había en Pinzón y Almirante Brown y jugábamos todo el día, todos los días a la pelota.

Y cuando no estaba jugando en la calle, un lugar que recuerdo con mucho cariño es un Café, el café Yacarino, al que no dejaban entrar a pibes pero yo iba igual con mi tío y con mi viejo.

Adolescencia: el barrio de Barracas

RC: No fui muy lejos del lugar de mi infancia, recuerdo particularmente la calle Azara entre Aristóbulo del Valle y Brandsen, pero ya de Patricios a Montes de Oca, para los que conocen, me voy un poco más al norte. Lo recuerdo porque nos juntábamos en un café que quedaba en Montes de Oca y Brandsen, al que también iba el Beto Márcico, que ya jugando en Ferro, era o siempre fue de Barracas. En este barrio mi viejo construyo una casa y tuvo negocio, así que estuvimos unos cuantos años. El café se llamaba El Pensamiento, fijate qué nombre para un feca! Justo en la esquina, a media cuadra de la 26. Una época difícil porque ya estábamos en los 70s. Jugábamos a la pelota en la plaza Colombia, los domingos a la mañana, que después ya no se pudo hacer más eso.

Trabajo: Tribunales y el Diario Clarín

RC: Recuerdo mi primer trabajo, es decir, mi primer laburo fue en El Palacio de Tribunales de la calle Talcahuano, entre Uruguay y Lavalle. Sus pasillos, el ambiente. En aquella época había cafés y cafetines, ahora hace rato que no voy, supongo que ha cambiado mucho. Esos cafetines que eran los estudios jurídicos de varios abogados que no tenían un mango para alquilarse una oficina, o no querían quizás. Yo trabajaba en un juzgado de instrucción penal y después en otro de sentencia penal y allí estuve 9 años.

Pero en realidad donde estuve después muchísimo tiempo más fue en Tacuarí 1840, en la bajada de Tacuarí, en la sede del Diario Clarín, en Constitución, cuando ya me dediqué al periodismo. Íbamos al Bar Lugo, en Ituzaingo y Tacuarí, nos escapábamos y nos íbamos ahí, no sé si estará todavía pero pasábamos los ratos libres. En aquella zona estaba el gran galpón donde se cargaban los camiones de diarios a la madrugada y salían para capital y el conurbano, que luego, cuando las rotativas fueron a Barracas al Sur, se convirtió en un Garage.

Vacaciones: Mar del Plata

RC: Íbamos de pibes con toda la familia a un Hotel cuyos dueños eran tres hermanos españoles, casados con tres hermanas españolas. Eran conocidos de mis papas. No estaba muy cerca de la playa, en el barrio de la Perla, pero la pasábamos muy bien, era otra época, la situación no estaba todavía muy complicada, era la segunda mitad de los 60s, y nos divertíamos mucho. Viajábamos en El Marplatense, ese tren que ya no existe, que tardaba cuatro horas para llegar, y a veces un poco menos.

Ya de grande, con mi familia, elegimos Punta Mogotes, así que entre esos dos lugares de Mar del Plata están mis mejores recuerdos de vacaciones.

Recreo: Mi biblioteca

RC: El rincón dentro de mi casa, mi biblioteca. Acá me encierro y hago de todo, miro películas, escucho música, trabajo, busco información, ando con el teléfono, es mi lugar.

Y Yendo hacia atrás, recuerdo que cuando íbamos al Bar el Pensamiento que nombré antes, era un lugar de recreo.

Ricardo Canaletti, un trabajador incansable en la comunicación, con un estilo propio que ya es una marca registrada, nos ha llevado a recorrer sus lugares y este año podremos seguir viéndolo con su clásico de la televisión Cámara del Crímen, que va por su octava temporada, tal vez concrete un nuevo proyecto de Radio, como aquel Impacto Canaletti que en 2019 lo llevó a estar nominado en los premios Martín Fierro de Radio como mejor programa vespertino en FM y, por supuesto, con sus libros, el flamante “Crímenes sorprendentes en el Vaticano”, una publicación imperdible que va a dar que hablar, y otro en camino, en el horno, que saldrá para fin de este 2021.

Y vos, ¿cuáles son los cinco lugares de tu vida? Escribime a @fedebenitezlocutor.

#LocutordelVino

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